Un buen cuidado es esencial para prolongar la vida útil de un bolso. Guardarlos correctamente, evitar la exposición prolongada al sol y limpiarlos de forma adecuada son prácticas fundamentales.
Es recomendable rellenarlos cuando no se usan para mantener su forma y guardarlos en fundas de tela que los protejan del polvo. En el caso de los bolsos de piel, el uso de productos específicos ayuda a conservar su textura y brillo natural.
Con pequeños gestos y una rutina de cuidado adecuada, es posible mantener los bolsos en perfecto estado durante mucho tiempo, preservando su belleza y funcionalidad.